No sé si os pasará a vosotras pero en mi clase el rincón de la casita se convierte en muchas ocasiones en el lugar donde hacer "lo que me da la gana", La función del juego simbólico, sobre la que ya he hablado en entradas anteriores, se pierde porque en lugar de utilizar los elementos con el objetivos que nosotros pretendemos lo hacen para distraerse o sencillamente "hacer el loco". Y esto no está mál si es ése el objetivo que nos proponemos, o sea: está genial poner un rincón de juego libre con diferentes elementos con los que ellos den rienda suelta a su imaginación, pero si lo que queremos es que "imiten a las tareas de la casa" tenemos que dirigirles mínimamente el juego para que no se convierta el rincón en un nido de "anarquistas del hogar".
Aprendiendo a jugar en le rincón de la casita con las mamás y papás:
Una buena forma de que los pequeños de 3 añosaprendan a jugar es ponernos nosotras mismas a jugar con ellos, pero claro, hay muchas tareas siempre por hacer así que aquí os recomiendo que os pongáis de acuerdo con algunas mamás y/o papás para que vengan algunas mañanas a jugar con ellos. Es una buena forma, además, de que vayan viendo cómo se trabaja en clase, darles la oportunidad de compartir ese tiempo con sus hijos e ir potenciando su colaboración.
Antes de empezar se habla con la mamá o el papá para que entienda las normas básicas de la clase y concretar las tareas que se van a realizar y luego se deja volar la imaginación.
|
La mamá de Manuel vino a enseñarnos a cuidar los bebés. |
Repartiendo roles y definiendo tareas con los más pequeños
Cuando van conociendo mejor las normas y el juego en la Casita es el momento de darles más autonomía, no obstante ayuda mucho que tengan los roles definidos, porque les resulta más fácil ponerse en situación. Por ejemplo, decidir quién es el papá, la mamá, la abuela, el hijo...
Para que ellos lo hicieran sin ayuda diseñé estos materiales: unas tarjetas en las que están los roles y ellos escogen antes de empezar el juego. Al principio se usan como collar, así ellos mismos van cogiendo la que quieren y además es una manera fácil de definir un número máximo de jugadores en la casita (para las ocasiones en que puedan elegir rincón libremente). Más adelante pueden usarse sencillamente como tarjetas y pueden apoyarse con algún elemento de disfraz, o delantales que muestren escritos los distintos roles.
Las tareas son un aspecto diferente a los roles que nos sirve además para fomentar la coeducación. Un papá por ejemplo, puede tener la tarea de bañar al bebé y la mamá la de poner la mesa... por eso están en fichas independientes. Se escogen los roles y cada uno coge una tarea para empezar, luego pueden coger otra o hacerlo de manera expontánea. De este modo cada cual sabe lo que tiene que hacer y se producen menos incidentes. Evidentemente cada tarea que planteemos tiene que tener un recurso que le corresponda, por ejemplo si una de las tarjetas es la de fregar el suelo tiene que haber un cubo y una fregona para realizar la tarea. ¿¡OS DAIS CUENTA DE COMO ESTIMULA ESTO SU AUTONOMÍA PERSONAL!? Además van aprendiendo a ayudar en casa y a respetar el trabajo del hogar.
Yo ya he probado y funciona muy bien. En seguida se meten en situación, toman roles muy diferentes, por ejemplo, a más de un niño le gusta ser la abuela y a las niñas los papás, pero el que más les gusta es el rol de perro de la familia (jejejeje!). Además, como las tareas se definen ellos juegan sin desarmar el rincón, que es lo que me ocurría cuando no identificaba tareas.
Planificando la actividad
Cuando ya se ha interiorizado todo esto podemos empezar a hacer otro tipo de actividades parecidas pero en este caso implicamos el aspecto lectoescritor y trabajamos la propia capacidad del grupo para organizarse. Se trata de plantearles un documento de control que cada grupo debe rellenar antes de entrar a jugar en el rincón. En él se definen los roles y se acuerda a lo que van a jugar. Si han estado haciendo esto antes de manera libre ahora la única dificultad que se le añade es que tienen que acordarlo por si mismos y escribirlo para que quede constancia en el "Libro de visitas de la Casita"
Una ficha ejemplo para esta actividad es la siguiente, que la desarrollé junto a mi compañera Sonia Jiménez cuando trabajába en el Pura Domínguez de Aljaraque (desde aquí una abrazo enorme a mis compañeras que siguen llenando de magia y buen hacer la Educación Infantil de ese centro).
Pueden darse todo tipo de familias: con dos mamás, con tres abuelos, con todos hermanos... así también estaremos trabajando la tolerancia y los educaremos para una sociedad donde ya no hay modelos únicos de familia. Ah! Y recuerdo que se hace una sola ficha entre todos y escribiéndola "a su manera" porque en realidad solo se trata de planificar y aprender a registrar lo planificado.
Se trata en definitiva de plantearles unos objetivos a realizar en la casa o unos roles definidos para que les de una idea de qué tienen que hacer, luego es importante dejar que metan su propia creatividad porque no deja de ser un juego simbólico y porque todo esto no es solo para trabajar autonomía personal sino para estimular su creatividad, al tiempo que pueden sacar a relucir muchas inquietudes inconscientes.
Por último, disfrutad del espectáculo de verles jugar, aprendemos muchísimo de ellos y no dejan de sorprendernos.