Las formas están a nuestro alrededor, forman parte de cada cosa que vemos, tocamos, comemos... ¿Por qué introducir conceptos tan cercanos con murales cuando pueden estar al alcance de nuestra mano... o de nuestros dientes?
Esta actividad tiene
como objetivo principal el acercamiento a las formas geométricas
principales a través de las meriendas que los peques traen a clase y es una manera muy divertida y sabrosa de ir aprendiéndolas e
interiorizándolas en la clase y en casa.
Estábamos trabajando el proyecto "Sobre Ruedas" y dentro de el mismo descubrimos el círculo. Se me ocurrió que una manera de ir interiorizando el concepto de forma (que al igual que el de color, tamaño, etc. tiene más complejidad de la que parece) era a través de la merienda que traían a clase. La experiencia fue genial y aquí os lo presento. Se puede hacer también la merienda cuadarda, la triangular, la rectangular...
Dos formas de llevarlo a la clase:
Primera: La fácil
Las maestritas mandamos
una nota a la familia para que un día concreto traigan a la clase la merienda
según la forma que toque ese día. Se les puede sugerir algunas posibilidades
pero personalmente me gusta dejar espacio a su creatividad.
En casa la familia puede
aprovechar la ocasión para trabajar el concepto con los peques (sobre todo si
los animamos a ello).
En la asamblea de la
mañana se presentan todas las meriendas, vemos su forma y lo que son y observar
similitudes y diferencias. Si alguna familia olvidó hacerla buscamos la forma
pedida en la merienda trajo el peque.
Por ejemplo si es “La merienda redonda” y trae un yogur líquido observamo que la base es redonda. ¡Así todos
contentos!
Después, en el rincón de
trabajo, se realizan las fichas complementarias que os adjunto. En él tenéis también otras posibilidades como la merienda cuadrada, la triangular, la ovalada, etc.
Segunda: El taller de
cocina.
Comprando alimentos y
haciendo meriendas de esa forma.
Personalmente creo que
no es necesario entrar en un taller de cocina si contamos con familias “apañás” que se implican en la
clase porque es una manera de permitir que participen sobre todo para los
que trabajan y no pueden venir a la
clase. No obstante, si se
tienen los recursos y la posibilidad el taller es supermotivador y es más activo para
los peques, sobre todo a partir de 5 años.
Probadlo, a mi me ha
encantado la experiencia y a los peques mucho más y si no ¡Echad un vistazo a sus caras!
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