lunes, 30 de julio de 2012

¡UNA MERIENDA REDONDA! ALIMENTACIÓN, GEOMETRÍA Y MUCHAS COSAS MÁS.


Las formas están a nuestro alrededor, forman parte de cada cosa que vemos, tocamos, comemos... ¿Por qué introducir conceptos tan cercanos con murales cuando pueden estar al alcance de nuestra mano... o de nuestros dientes?
Esta actividad tiene como objetivo principal  el acercamiento a las formas geométricas principales a través de las meriendas que los peques traen a clase y es una manera muy divertida y sabrosa de ir aprendiéndolas e interiorizándolas en la clase y en casa.
Estábamos trabajando el proyecto "Sobre Ruedas" y dentro de el mismo descubrimos el círculo. Se me ocurrió que una manera de ir interiorizando el concepto de forma (que al igual que el de color, tamaño, etc. tiene más complejidad de la que parece) era a través de la merienda que traían a clase. La experiencia fue genial y aquí os lo presento. Se puede hacer también la merienda cuadarda, la triangular, la rectangular... 

Dos formas de llevarlo a la clase:

Primera: La fácil

Las maestritas mandamos una nota a la familia para que un día concreto traigan a la clase la merienda según la forma que toque ese día. Se les puede sugerir algunas posibilidades pero personalmente me gusta dejar espacio a su creatividad.
En casa la familia puede aprovechar la ocasión para trabajar el concepto con los peques (sobre todo si los animamos a ello).
En la asamblea de la mañana se presentan todas las meriendas, vemos su forma y lo que son y observar similitudes y diferencias. Si alguna familia olvidó hacerla buscamos la forma pedida en la merienda  trajo el peque. Por ejemplo si es “La merienda redonda” y trae un yogur líquido  observamo que la base es redonda. ¡Así todos contentos!
Después, en el rincón de trabajo, se realizan las fichas complementarias que os adjunto. En él tenéis también otras posibilidades como la merienda cuadrada, la triangular, la ovalada, etc.

Segunda: El taller de cocina.
Comprando alimentos y haciendo meriendas de esa forma.

Personalmente creo que no es necesario entrar en un taller de cocina si contamos con familias “apañás” que se implican en la clase porque es una manera de permitir que participen sobre todo para los que  trabajan y no pueden venir a la clase. No obstante, si se tienen los recursos y la posibilidad el taller es supermotivador y es más activo para los peques, sobre todo a partir de 5 años.
Probadlo, a mi me ha encantado la experiencia y a los peques mucho más y si no ¡Echad un vistazo a sus caras!

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